
Los Salvadoreños somos una gente alegre y que ahuyenta las tristezas con el bullicio, Culturalmente, El Salvador es un país que se caracteriza por ser llamadores al ruido, a la “bulla”, al estruendo, al escándalo y los sonidos altos. Un claro ejemplo es cuando vamos a los mercados o supermercados, el vecino de al lado que siempre pone su música a todo volumen, en el transporte público, en fin… en todos lados tendemos a ver al Salvadoreño haciendo ruido.
Las celebraciones del 24 y 31 de Diciembre no se podrían quedar atrás, Dentro de esta “bulla” entra la quema de pólvora o “cuetes” como le denominamos popularmente a esta tradición. Se acostumbra comprarle a los niños y jóvenes estos productos, hasta hemos tendido a ponerles una clasificación: “este es para niños” (las estrellitas y volcancitos, por ejemplo) y los morteros y otros explosivos con mayor peligro, para jóvenes y adultos.
Y quien no se acuerda de las bombas de mezcal, silbadores, fulminantes, busca-niguas, chispas del diablo, cuetes chinos y misil chino, los volcanes, las estrellitas, los lanza fuegos, . . . . .
Todos buenos recuerdos, pero los dejamos con uno que otro consejo para que la pasen a salvo, y gozar el día siguiente reventando los “cuetes” que se nos perdieron en la noche. Y bueno recoger todo el papel regado en las calles.






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